Datos de movilidad y de la letalidad del virus sugieren que mantenernos en casa logra reducir el impacto del virus, aunque el efecto se observa entre seis y ocho semanas después.
Datos de movilidad y de la letalidad del virus sugieren que mantenernos en casa logra reducir el impacto del virus, aunque el efecto se observa entre seis y ocho semanas después.